«Cuando salgas de la DGI, te tomás el 135. Te bajás en Banco Nación. Enfrente está la sucursal de Entel y, a la vuelta, la oficina de Segba, pegadita a la YPF.»

Si algo de esto te suena, ya sabés que algunas siglas y acrónimos están totalmente instalados en nuestro modo de hablar, y que quien esto escribe tiene sus buenos años encima… Pero detengámonos en lo primero. 

Muchos sabemos qué trámites se hacían en la DGI o en Segba, aunque no sepamos que se trataba de la Dirección General Impositiva y de Servicios Eléctricos del Gran Buenos Aires. Y aunque podemos saber qué es el BNA, decimos: «Voy al Banco Nación». Algo sucede con estas iniciales que designan nombres de instituciones, marcas, tecnologías, y que a la vez conforman términos nuevos. Gerardo Alfredo Gallardo (o GAG, para estar a tono) la vio venir. Entendió que, en esta época marcada por el vértigo, las palabras que abrevian y sintetizan están por todas partes. Hay un «uso aluvional de las siglas y acrónimos», dice atinadamente el autor. Y ese fue el piolín del cual Gerardo fue tirando para desenredar esta madeja lingüística en la que estamos enmarañados. En esa labor cargada de curiosidad, fue fascinándose con lo que iba descubriendo al seguir el hilo de cada palabra, y eso es lo que comparte en este libro: las sorprendentes historias que hay detrás de algunas siglas y acrónimos, y la asombrosa red que Gerardo tejió para comprender las tramas vitales de la manera en que nos comunicamos los argentinos.

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Ensayo

252 páginas

15 x 23 cm

Encuadernación rústica